Ninguna muerte, y menos de un niño, es justa, pero la tuya para mí, es una de las más injustas.
No te conocía antes de que te quitasen la vida, pero durante los días que duró tu búsqueda, todos te sentimos un poco nuestro. Te ganaste un hueco en el corazón de todos, y especialmente en el mío.
En más de una ocasión han recorrido mi cara innumerables lágrimas, porque NO LO ENTIENDO.
Te quedaba tantísimo por vivir, tantísimo que hacer, tanta luz que dar...
Por desgracia hay seres, llamémoslos así, que no soportan la luz, y hacen lo imposible por erradicarla.
Lo siento tanto.
Siento que no llegasen a tiempo. Siento que ese ser estuviese en tu camino. Siento tanto que no hayas podido hacer realidad tu sueño de ser biólogo marino...Siento tantas cosas...
No voy a describir lo que provoca en mi ese ser que tan injustamente te hizo marchar. Mejor no. Pero ojalá caiga sobre ella todo el peso de la ley, la justicia, la vida, el karma, y todo lo que existe. No vivirá suficiente para pagar por todo el daño que ha hecho.
No pensaba escribir un post cómo este, pero lo necesito, de hecho, es un post que jamás me gustaría haber tenido que escribir.
Sin ser nada mío, tenía la necesidad de despedirme.
Rabia, dolor, angustia, incredulidad, y una misma pregunta que me ronda en todo momento: ¿ POR QUÉ?
Posiblemente tardemos en conocer la respuesta a esa pregunta, e incluso jamás lleguemos a saberla.
Has dado luz y alegría a todos los que te rodeaban, según todos tus conocidos han dicho. Sólo con ver tu foto, tu sonrisa, tu luz, transmitías paz, amor.
No merecías ese final.
Aún a estas alturas del post sigo con un nudo en la garganta, sin saber cómo expresar el pesar que siento ahora mismo. Lágrimas de pena y de rabia recorren mi cara.
Repito, NO merecías ese final.
No te has marchado, te han obligado.
Ojalá, si es que esto puede servir de algo, sea el primer paso para cambiar las leyes, y que este tipo de seres se pasen el resto de su vida encerrados en la cárcel.
Ver las imágenes de tu salida de ese coche fúnebre han terminado de romperme el corazón. Hasta ahora, tenía la esperanza de que esto fuese un mal sueño, y que al despertarme, vería las imágenes de tu reencuentro con mamá y papá. Pero no así.
Cómo he dicho al principio del post, llevo desde el domingo muy tocada, y aunque esto lo estoy escribiendo el lunes 12, sé que la mayoría de los que leáis este post, no sé si seréis muchos o pocos, pero sé que os sentiréis igual que yo.
Nada, ahora libre, mi pequeño pececillo. Ahora nadie podrá hacerte daño de nuevo. Sigue nadando.
Cuida a los tuyos desde dónde sea que estés.
Nada. Vuela. Estira las alas que injustamente te han salido pequeño.
Puedes irte con la certeza de que has sacado lo mejor de mucha gente. Has sido amor, esperanza, peces de colores, horas de búsqueda, el empeño de miles de personas. Has sido grande.
Adiós, Gabriel. Descansa allá dónde estés.
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